49 PALOS

Para los que no sabéis mucho sobre mí, os voy a contar un secreto.

No tengo 49 años, eh, tengo 38 recién cumplidos. No va por ahí la cosa.

Antes de estudiar la Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (cinco años bien invertidos), mi sueño era ser diseñador, especialmente de coches, motos o cualquier cosa con motor.

No iba mal encaminado, porque después conseguí diseñar ropa para mi marca "Shine Brand" (un poco de publi, sorry, o gomen nasai en japonés) y algún artilugio para analizar la técnica de nado…

La historia es que cuando estaba en tercero de carrera, tuve una crisis existencial.

Con 21 años ya sabes... "¿Qué estoy haciendo con mi vida?" Así que decidí dejar la facultad de Industriales y enfocarme en el deporte, que realmente era lo que había hecho toda mi vida.

Superé esos momentos difíciles y me licencié.

Luego estudié dos másters para especializarme en alto rendimiento y fuerza. Y aquí estoy, escribiendo una newsletter que parece no tener ningún sentido.

Te equivocas, sí que lo tiene.

Este cambio en mi vida me dio la oportunidad de conocer a una de las personas que más admiro.

Es padre de familia, tiene dos hijas encantadoras. A veces me da una envidia (sana) de lo buen padre que es y lo orgullosas que están sus hijas de él.

Si algún día soy padre, seguiré sus pasos.

A lo que vamos...

Es uno de esos deportistas que nunca se rinde, tampoco busca heroicidades ni nada por el estilo. Solo intenta conseguir aquello que se propone, aunque en el camino se encuentre con 564.863 adversidades.

Constancia podría ser su primer apellido, pero no, su primer apellido es Ramos. Y su nombre es Marcos.

Ni confidencialidad ni historias. Tengo su permiso, y si no lo tengo, me lo invento.

Lleva 13 maratones a sus espaldas y sus dos últimas conmigo como entrenador. Su mejor marca fue el año pasado, con un tiempo de 3h09’.

El sub-3h es nuestro. Marcos, si me estás leyendo, te aseguro que es nuestro.

Pero este año no será…

Marcos, Marquinhos, Zubimendi, Maikel, o los mil nombres que nos solemos decir, tuvo una lesión de rodilla hace tres meses.

Esa rodilla que tanto ha soportado ahora necesita todo el cariño del mundo.

Me sentí mal, supongo que él también.

Mi mayor frustración es cuando un deportista mío se lesiona. No quiero ese dolor para nadie.

Pero atiende, esto te interesa.

¿Qué podemos hacer? ¿Llorar y maldecir? Llorar sí lo hicimos, pero en maldecir no perdimos ni un segundo.

Dicen que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Si te llamas Marcos y te apellidas Ramos, se abre la galería y el balcón entero.

Más huevos que el Alcoyano y el Alcorcón juntos.

En lugar de venirse abajo, se puso manos a la obra con tratamientos de fisioterapia y mantuvo la actividad física y la nutrición.

¿Mandarlo todo al traste? Eso es fastidiarte a ti mismo.

¿Qué podemos hacer? Mil cosas, my friend.

Pero hemos empezado por el gym, y si nos calentamos, nos vamos al Mister Olympia 2025 🤣

Además, lo combinamos con bici y natación. Ese motor no va a perder ni un pistón, ya te lo digo yo.

Este año no será el sub-3h. El que viene, ya veremos.

No hay prisa; despacito y con buena letra, me decían.

Podría contaros mil cosas más, pero creo que ha quedado bastante claro el tipo de deportista y de persona que es Marcos.

Y sí, tiene 49 años, pero no los aparenta.

Atentamente, Zubimendi para unos, Haruki para otros.