QUÉ HACER CUANDO TE PASE ESTO

¿Estás dentro del 10% de la población?

Creo que lo que te voy a contar te resultará familiar.

Estoy segurísimo de que lo has vivido en carne propia y no supiste cómo actuar, e incluso me atrevería a decir que elegiste la opción incorrecta.

El 90% de los deportistas suelen cometer el mismo error, y solo el 10% son capaces de hacerlo correctamente.

¿Estás entre ese 10%? Vamos a verlo…

Primero voy a ponerte en situación: era sábado, bastante caluroso aquí en Japón. Es septiembre y no parece que vaya a refrescar. ¡Qué ganas de que llegue octubre!

Había tenido una semana bastante complicada en el trabajo (muchos proyectos), modificaciones en mi web, creando nuevos programas de entrenamiento y estudiando, que es gerundio. Me apasiona aprender cosas nuevas. Lo sé, soy un friki del deporte y del no deporte...

A lo que íbamos, llegué el sábado bastante cansado. Había entrenado muy bien durante la semana, a pesar del ajetreo en el trabajo.

Ese día tenía que ir con el equipo de fútbol americano de Hiroshima a Kobe en un minibús con los jugadores (¡vete tú a saber cómo íbamos a caber!). Son unas tres horas y media de viaje, pero con las paradas se nos alargó casi a cinco horas. ¡No veas cómo comen estos señores!

Salimos a las 9:30 de la mañana y volvimos a las 2 de la madrugada. Todo el día fuera de casa, viajando en minibús, hablando japonés a todo pulmón (no sabes lo complicado que es y lo que me estresa); y soportando un calor insoportable durante el torneo.

Si te preguntas qué hacía con un equipo de fútbol americano, siendo mi especialidad la natación y el triatlón, aquí tienes la respuesta.

Una vez escuché a José Luis Izquierdo (más conocido como el Mago More),

que la mejor respuesta a una propuesta es preguntarse: ¿por qué no?

Y que la base de su éxito consistía en lanzarse a nuevos proyectos, de los cuales solo el 20% le salían bien.

Hace un mes me ofrecieron asistir a un entrenamiento y un partido con el equipo de Hiroshima Hawks, y a partir de ahí hablar sobre futuras colaboraciones. Dado que, quizá no lo sepas, pero mi verdadera pasión es el entrenamiento de fuerza aplicado a cualquier deporte (todos los deportes se basan en la aplicación de fuerza).

Así que, ¿por qué no?

Recapitulando, fue un día agotador: muchas horas fuera de casa, comiendo a deshoras y llegando a casa a las tres de la madrugada.

"¿Pero no habías dicho las dos?" te preguntarás.

Sí, pero fui tan ingenuo que pensé que volveríamos a la hora de cenar. Y en lugar de ir con mi bici a la estación central de Hiroshima, fui en tren local.

¿Y sabes qué? En Japón, a las doce de la noche los trenes y metros dejan de funcionar. Así que me tocó caminar. Mala suerte la mía... o mejor dicho, lección aprendida.

Era domingo, es decir, ayer. Me desperté medianamente bien, pero la fatiga iba por dentro…

Pasé el día fuera, tenía comida y una partida en el "batting center" (no sabes lo que me encanta). Luego, me tocaba ir al gimnasio a entrenar fuerza. Y no es por presumir, pero soy muy disciplinado.

Así que después de un día de ocio, me dirigí al gimnasio a dar lo mejor de mí, colgado de una barra. Ese día me tocaban dominadas, muscle ups y seguir practicando el front y back lever (ya casi los tengo, pronto serán míos).

Una vez que empecé a calentar, me di cuenta de que no era mi día… No tenía dolores musculares ni nada por el estilo, pero estaba fatigado, y era una fatiga más central que otra cosa. Es decir, mi sistema nervioso central no quería trabajar.

Lo más sensato habría sido posponer el entrenamiento, descansar un día y hacerlo al siguiente. Pero hoy, que me estás leyendo, no tenía ni un minuto libre para entrenar. ¿Y qué haces escribiendo un email?, te preguntarás. Para ti siempre tengo tiempo, my friend.

No lograba hacer las cinco dominadas con 20 kg de lastre ni los muscle ups sin banda elástica, y mucho menos veía factible hacer los front y back levers.

Decidí seguir entrenando, pero tenía que elegir entre dos opciones.

Elige:

Opción A: Mantengo el peso e intento hacer las repeticiones que pueda. Además, sigo practicando los muscle ups, aunque no me salgan.

Opción B: Bajo el peso del lastre en dominadas, uso una banda para los muscle ups o practico una variante menos exigente.

Aunque no lo creas, si eliges la opción B, estás en el 10% que actúa correctamente. Enhorabuena. Si has elegido la opción A, solo te diré una cosa: espabila.

Así que bajé el peso del lastre a 10 kg, hice muscle ups con una banda tan gruesa como un cinturón de cuero y me contuve de intentar el front y back lever.

Mi sistema nervioso no estaba para juegos.

¿Por qué hice esto? Muy simple: para mí, hacer cinco dominadas con 20 kg de lastre supone un esfuerzo del 85%, pero ese día me estaba costando más del 90%. Si seguía así, habría sido más un sobreentrenamiento que un entrenamiento. Y hoy sería una basura andante.

Por lo tanto, cuando sientas que no estás fresco o que el entrenamiento es demasiado exigente por las circunstancias, reduce la intensidad:

Baja el peso, disminuye las repeticiones, las series, aumenta el descanso… lo que sea necesario para evitar el sobreentrenamiento.

Los kilos son solo un número; lo que importa es cómo tu cuerpo percibe el esfuerzo, es decir, la señal de entrada (esto es algo de lo que te hablaré más adelante)

Es como la edad: es solo un número. Lo que importa es cómo te sientes por dentro.

Menudo rollo para contarte esto, pero bueno, ya tienes un consejo más y conoces mis proyectos. Ya te contaré…

Atentamente, tu amigo, Haruki.

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