Invertir en Quien Sabe, Me Salvo de Operarme Seriamente

Buenas atleta!

¿Cómo has empezado la semana?

Ya se empieza a sentir el calor, ehhh 🥵

En Tokio hace un calor y una humedad terrible y eso que todavía estamos en junio.

Salir a correr es una prueba de fuego (nunca mejor dicho)

Para poder entrenar, hago un apaño que te puede servir.

Estoy corriendo con la cinta en el gimnasio.

Me pongo un vídeo de preguntas de examen para el nivel 3 de japonés y así mato dos pájaros de un tiro.

50 minutos de cardio entre zona 1 y zona 2, mientras juego a un quiz.

El triplete perfecto: Las piernas, el corazón y la mente, trabajando al unísono.

Y hablando de piernas.

Ya te comenté que tengo un problema en las rodillas.

Tener las piernas arqueadas, como Rivaldo, Zambrotta o Raúl González Blanco.

A esto se le llama, Geno Varum

Esto me ocasiona, dolor en la cara interna por sobre carga y en ocasiones cierta inestabilidad.

Y solo hay una cosa, que me ayuda a poder correr sin apenas dolor.

El entrenamiento de fuerza.

“Claro Haru, qué casualidad…”

Tener unos cuádriceps, aductores, psoas y glúteos fuertes, hacen que mi rodilla esté lo más estable y segura posible.

Algo que también me ha ayudado a reducir el dolor es: La elección de unas buenas zapatillas.

Crucial para amortiguar el impacto y proporcionarme mayor estabilidad en cada pisada.

Pero esto no es todo.

Hace 14 años estaba muy preocupado porque me dolían mucho las rodillas.

Eran muchos años jugando a fútbol sala.

Fui al traumatólogo y su respuesta fue: Te tienes que operar para poder correr. 

Consistía en cortar un trozo de tibia y alinear las piernas, y luego, un año de recuperación por pierna, casi nada...

Unas semanas después tomé una de las mejores decisiones de mi vida.

Fui a visitar al mejor especialista en rodillas. La visita me costó 150€.

(Lo has leído bien)

Me llevé todas las radiografías que tenía, los informes médicos…

El hombre me hizo mil preguntas, me manipuló la zona y analizó todas las pruebas.

Y me dijo:

“Haruki, no te operes. Eres joven y tu problema no es tan grave. Es una operación muy agresiva y se puede solucionar fortaleciendo la musculatura, trabajo de fisioterapia y si es necesario el uso de plantillas para correr”

Dicho y hecho, hice todo lo que me dijo.

A los 6 meses completé mi primer Half Ironman, corriendo los 21 km sin parar y disfrutando de este magnífico deporte.

Fue un acierto.

No le pagué por el tiempo que pasó conmigo, sino porque en pocos minutos me dijo lo que tenía que hacer.

Confié e invertí en sus conocimientos y experiencia, y me soluciono la vida.

Sin ninguna duda, me salió barata la experiencia.

Llevando esto al entrenamiento.

A veces el mejor entrenador no es el que más cosas hace, sino el que acierta con el entrenamiento que hay que programar a cada deportista en un momento concreto.

Pautar 8 series de 1000 metros tardas 3 segundos.

Para saber cuántas repeticiones hay que pautar y en qué momento, te lleva años y años de estudio y de práctica.

Esta pedazo chapa de hoy, no es para que me contrates a mí como entrenador.

(Ni mucho menos. Además, quería hacerte ver que de todo se sale)

Y para contarte que cada vez que escojas entrenador u otro profesional, pienses antes en quién vas a invertir y porque motivos es en esa persona y no en otra.

En mi caso, para poder adaptarme a ti y tengo un programa “a medida” que lo creo conociendo tus necesidades reales, cuál es el objetivo y cuanto tiempo tenemos para trabajar.

Tal vez quieras volver a correr con cabeza para volver a tener tu físico de antes o tal vez quieras apuntarte algún reto.

Nos vemos el jueves con más aprendizajes.

Tu entrenador.
Haruki

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