¿Y TÚ DE QUIÉN ERES, AHORA?

No me seas BINARIO

Vivimos en una época de códigos binarios, es decir, o ceros o unos.

Para que se me entienda mejor, blanco o negro, no existen los grises.

O mejor dicho, si eres de un extremo, los del otro te odian. ¿No sería más fácil dejar que cada uno opine libremente sin tener que juzgarle?


¿Quién es el culpable de esta tendencia? No lo sé, pero no va por buen camino.

Además, soy de los que piensa que hoy puedes pensar de una manera y, en un futuro, de otra.

No pasa nada, todo el mundo cambia acorde a las circunstancias.
Como lo hace la propia naturaleza, que, por cierto, deberíamos observar más a menudo para entendernos.

Otra cosa es ser hipócrita, pero ahí no vamos a entrar, eso es high level.

Pero hoy no he venido aquí a hablarte de moralidad, ética ni nada por el estilo.

Estoy aquí para preguntarte, ¿de quién eres ahora mismo?

Si te fijas, he indicado la temporalidad de "ahora mismo". Porque, como te he mencionado anteriormente, puede que más adelante las circunstancias te hagan ser diferente.

Seguramente estés esperando las opciones para elegir, pues no te voy a hacer esperar más.

Y no es un código binario, ya que te presento varias opciones, e incluso si se te ocurre alguna más la podemos añadir y/o debatir.

Empezamos, que me lío solo.

Todas las opciones van destinadas a aquellos y aquellas personas que combináis el entrenamiento con la conciliación familiar.

Espera, y para los que no tenéis que conciliar nada, también podéis elegir, ¡qué cojones! Aquí no se discrimina a nadie.

Opción A) Eres de los que prefieren levantarse temprano, entrenar y atender a la familia. Y cuando digo temprano, me refiero a las 5 o 6 de la mañana. Ou mama. Y quien dice familia, dice atender al trabajo.

Opción B) Eres de los que prefieren dejar el entrenamiento para última hora, una vez hayas terminado el family service (término japonés que usan la mayoría de hombres para referirse al momento de estar en familia), o el trabajo.

Opción C) Eres de los que dice que no tiene tiempo, que el trabajo y/o la familia le quitan todo el tiempo del mundo, y se pasa el día maldiciendo a todo quisqui. Pero se tira hasta las 12 de la noche viendo series de Netflix mientras chatea con el móvil, es decir, hace un 2x1 de no hacer nada.

Como ves, son tres opciones interesantes.

Y no son exclusivas, ¿eh? Se pueden combinar entre sí o ser temporales.

Si eliges la opción A o B, decirte que está bien, no hay inconveniente en entrenar antes o después, siempre que sea más cómodo para ti y para los tuyos.

Tengo deportistas que se levantan a las 5, encienden el rodillo de 800 euros (los caros son súper silenciosos, como el aire acondicionado Fujitsu) y se ponen a pedalear durante una hora. Luego, ducha y a preparar el desayuno de los niños.

Tienen un mérito que te cagas, y los resultados siempre llegan, además de que suelen ser personas constantes en todo lo que hacen.

Si prefieres entrenar una vez lo tengas todo listo, perfecto, pero ten cuidado y no te líes, que te perderás el entrenamiento y le echarás la culpa al trabajo.

¿Te has fijado que siempre la culpa es para agentes externos? Mira:

  • Me han suspendido.

  • Me han despedido.

  • Me han dejado.

¿Y tú, qué has hecho para que eso ocurra, amigo/a?

Bueno, seguimos…

Si por el contrario eliges la opción C, mmmm, igual te conviertes en crítico de cine, pero lo que es entrenar lo llevarás mal. Bueno, corrijo, crítico de cine no, porque a día de hoy es complicado ver una serie sin mirar el móvil cada 5 minutos.

¿Tenemos un problema? Yo creo que sí. ¿Qué opinas?

Creo que esta newsletter no te ha ayudado una mierda, pero no me lo tengas en cuenta, simplemente organízate y entrena. Saldrás ganando.

Y, como siempre me gusta decir...

NO ES EL TIEMPO, SON LAS GANAS.

Atentamente, tu amigo, tu querido, Haruki.

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