Son las 17:08 de un 16 de octubre de 2024.

A veces escribo las newsletters con antelación y otras veces las escribo tal como me levanto ese mismo día.

Intento mantener un orden, pero como me gusta decir: dentro de mi desorden, tengo mi propio orden.

No voy a mentir, esta frase la decía Mauricio Colmenero, el bigotudo de la serie Aída. Me sentí identificado con esa frase que dijo en algún capítulo, de no sé qué temporada.

A lo que íbamos: ahora mismo estoy sentado en la fila 62, asiento K, del avión de la compañía aérea China Eastern. Es decir, casi en la cola del avión, sin la suerte de estar junto a la ventana.

No se puede tener todo en esta vida.

La mujer a mi derecha es simpática, la de mi izquierda no tanto. Ambas de origen chino, y hablan inglés lo mismo que yo polaco.

Pero cuando te quieres hacer entender, lo consigues.

Nunca te rindas, amigo/a.

No estoy aquí para contarte mi regreso a Japón en avión. Son solo 16 horas, contando transbordo y todo. Nada, dos jornadas laborales. Cualquier ser humano puede con esto y más.

Estoy aquí para hablarte de una de mis heroínas. Sé que la cosa se pone tensa cuando usas esta palabra, pero no te confundas.

Hablo de una mujer que es un ejemplo para mí, y también podría serlo para ti.

Ella nació un 4 de julio de 1996 en Lugo, o eso creo.

Al menos ha vivido allí la mayor parte de su vida, aunque ahora viva en Valencia. Su nombre es Carmen y no voy a decir nada más, por mantener la confidencialidad.

¿Quién es Carmen? Una de mis deportistas que se convirtió en una muy buena amiga.

¿Qué hace a Carmen tan especial? Me respeta, mejor dicho, nació respetando, y allá donde vaya lo seguirá haciendo.

Es la típica deportista que hace fácil mi trabajo, no solo porque cumple con los entrenamientos, sino porque además se sube al carro de la programación y vamos de la mano en todo momento.

¿Qué está preparando Carmen? Estamos preparando la Maratón de Valencia que se celebrará este mes de diciembre. Es su debut, y cuando me escribió para que la entrenara en su primera maratón, tuve que leer el mensaje varias veces.

¡Me eligió a mí entre 1.465 entrenadores!

Y eso, sabiendo que estoy a 14.000 km de distancia y con una diferencia horaria de 7-8 horas, según la época del año.

¿Qué siento cuando abro su Training Peaks?

Simplemente admiración: todo en verde, comentarios con un feedback claro y sin historietas para no dormir.

Si necesita modificar el entrenamiento porque sabe que lo hará mejor otro día, lo hace. Ella entiende cuáles son las prioridades.

Me entiende, la entiendo. Somos un equipazo.

¿Ha mejorado desde entonces?

Sin ninguna duda. Estamos siendo capaces de tolerar grandes volúmenes sin molestias y sin añadir estrés a su día a día. Traumatóloga con miles de guardias, no te digo más.

La confidencialidad me la estoy saltando un poco. Perdón, Carmen. Quizás estés leyendo esto y te estés partiendo el 🍑

¿Conseguiremos el objetivo?

En el mundo del deporte, al igual que en la medicina, nunca se puede afirmar con un 100%, pero trabajando como lo estamos haciendo y con su fortaleza mental, al 99% es nuestro. El 1% es para la estadística.

¿Cuál es el mensaje? Que Carmen es de p__ madre 🤣

Bromas aparte, quien afronta un reto con honestidad, respeto y constancia, cada día que pasa está más cerca de conseguirlo. Además de contagiar a los demás.

Da gusto ser entrenador por gente como tú, Carmen.

Atentamente, un entrenador contento, Haruki.

www.harukishine.com