TE FRENAS POR ESTO

Fíjate en los mejores y verás que tengo razón

¡¡Muy buenas, comandantes!!

¿Cómo va el jueves? Por aquí sigue con mal tiempo, pero con el ánimo a tope.

Tengo ganas de hablar contigo.

Sinceramente, no tengo muchas oportunidades de dialogar desde que vivo en Tokio. Bueno, en Hiroshima tenía pocas también. No es un país dado a la conversación🤪

Hoy también he tenido clase con los grupos de edad. Para que me entiendas mejor: nadadores y triatletas entre 25 y 82 años.

Sí, sí, ves bien: 82 años. Sato-san es la mayor del grupo. Y es un encanto de mujer. De las pocas personas que me da conversación todos los días. Es muy amable y me trata como uno más. Soy fan de Sato-san.

Creo que podría diferenciar quiénes son nadadores y quiénes triatletas por su carácter y actitud. Siempre he tenido la sensación de que la cultura dentro del mundo de la natación es muy diferente a la del mundo del triatlón.

Bajo mi punto de vista, en el triatlón hay más egocentrismo y aires de superioridad. La natación es un mundo más humilde. Repito: bajo mi punto de vista y, sobre todo, bajo mi experiencia como entrenador y deportista en ambos campos.

Bueno, a lo que íbamos… Ah, bueno, espera, que no te había dicho de qué vamos a hablar hoy. Gomen nasai (perdón en japonés).

Hoy vamos a enfocarnos en la alta intensidad y la competición en natación, que a su vez sirve también para el sector de agua en el triatlón.

Muchos nadadores son capaces de nadar muy bonito y con una técnica bastante decente mientras nadan a ritmos fáciles. Esto es porque la técnica no se deteriora, hay mínima fatiga muscular y se puede mantener el foco en el gesto técnico mientras nadas.

Pero en las sesiones de natación, una vez pasamos el calentamiento, la activación y nos toca entrar en la parte principal, a muchos se les cierran las persianas.

También te digo que muchas veces es culpa de cómo está diseñado el entrenamiento. En natación se peca demasiado de descansos hipermegacortos.

¡Señores, que el sistema nervioso necesita un descanso!

El problema es que se piensa que por descansar menos se rinde más, pero lo verdadero es que la técnica se va al palco.

Los ritmos empiezan a empeorar y el desgaste es tan alto también por otros motivos.

Si te fijas bien, no se correlaciona para nada el esfuerzo que haces con el tiempo del minutero. Y esto es culpa tuya, ya no del entrenador.

Vamos a poner un ejemplo de otro deporte y lo entenderemos mejor desde el principio.

Cuando vas en la bici y tienes que hacer una serie muy intensa, tu única preocupación es que el pedal se vaya hacia abajo mediante la acción de tus cuádriceps y glúteos, entre otros.

Y si no llegas a los vatios marcados, puedes ir dando riñonazos, cabezazos, lo que sea, para intentar terminar la serie. No digo que esté bien hacer esto, pero lo haces y no repercute en el resultado final.

Otro ejemplo, va…

Estás en la pista de atletismo y hoy tienes series de 1000. Menuda putada, por cierto.

La primera serie y la segunda, genial, pero la tercera, cuarta y quinta empiezan a picar demasiado. Vas justito ya en el tiempo.

Te quedan tres series, pero vas a sacarlas por lo que más quieres.

Los últimos 200 m de cada serie se te hacen interminables, y terminas doblando la espalda, talonando, moviendo los brazos como si te estuvieran disparando con una ametralladora, ... Pero consigues hacer las series en el tiempo marcado. Lo subes a stories, maldices al entrenador y listo.

Si te fijas en ambos ejemplos, se termina haciendo lo que se puede para llegar al target deseado.

Pero en la natación esto no es posible. Si te peleas con el agua, te vas al fondo.

Fíjate cuando vayas a nadar el próximo día y tengas series intensas. ¿Cómo terminas las series?

Muchos nadadores pierden sobre todo la alineación lateral, van dando caderazos de lado a lado y las piernas se flexionan demasiado, tanto las rodillas como las caderas. Con el drag que esto genera.

Pero si te fijas en los grandes nadadores olímpicos, cuando terminan la prueba, los ves cansados, pero no llegan a un estado de agotamiento como sí podría llegar un atleta de 800 ó 1500 m en pista.

Si lo comparamos por tiempo en natación, podríamos equipararlo a un 200 m mariposa. Para mí, la prueba más dura dentro de la natación. Más que el 400 estilos.

¿Tú qué piensas?

Y fíjate cómo terminaba Phelps…

Y cómo terminaba Milak…

No los ves con ese estado de fatiga como el tuyo cuando terminas el famoso 15x100 descansando 20 segundos.

¿Sabes por qué?

Varias son las razones. Pero tú me dirás: "Hombre, Haru, son olímpicos". Sí, cierto, pero también lo son por algo.

Y esto no me lo invento yo; lo he aprendido de otros entrenadores, mejor dicho, de sus entrenadores.

Este tipo de nadadores, cuando están en una prueba o incluso entrenando, son capaces de concentrarse tanto en la respiración como en intentar que sus pulsaciones no suban tanto, intentando mantenerse relajados dentro de la velocidad del movimiento.

Suena paradójico, pero es así. Pruébalo. Relájate yendo a tope. 😂 Me río porque debes estar flipando.

Además, lo principal es no perder la técnica, porque ellos saben demasiado bien que, si se mueven hacia donde no toca, van a perder velocidad.

De hecho, dentro de la natación existe el término P.T. (perfect technique), para hacer las series con velocidad pero sin perder la técnica.

Y ya te digo yo que no hay mejor entrenamiento de fuerza que intentar mantener la técnica cuando vas a altas intensidades.

Y si a esto le sumas el entrenamiento de fuerza en el gimnasio, nada puede fallar.

Así que ya sabes: cuando te toquen las series de 100, 200, 400 o estés en una competición, piensa en nadar con la mejor técnica posible y en relajarte yendo a full.

Hazlo y escríbeme cuando lo experimentes.

¡Un fuerte abrazo, máquina!

Atentamente,
Tu entrenador, Haruki.

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