CUIDADO CON LAS ALETAS

No las uses tanto

Buenas tardes de martes.

Primero que todo, quiero darte las gracias por formar parte de esta pequeña comunidad.

¡Ya somos 600!


Aún recuerdo mi primera newsletter, el 4 de septiembre del año pasado, titulada Mi primer intento.


Si en aquel momento me hubieran dicho que cinco meses y medio después seríamos 600 suscriptores, lo hubiera firmado sin dudar. O mejor dicho, no me lo hubiera creído.

Además, el canal de YouTube va creciendo. Poco a poco, pero va para arriba.


Estoy subiendo un vídeo por semana y la idea es aumentar a dos.

No sabéis lo que cuesta pensar el tema, estructurar los puntos clave y ponerse delante de la cámara intentando hablar con naturalidad.


Le voy cogiendo el truquillo, pero aún me falta mucha escuela y muchos vídeos. Como ha mencionado MrBeast en varias ocasiones, no aprendes realmente a hacer buenos vídeos hasta que hayas hecho al menos 100.


La clave, y siempre será así, es la constancia.

Es el mejor algoritmo, no hay duda.
Ser constante, como hemos hablado mil veces, es lo que te hace conseguir cualquier objetivo.

Es mucho más importante que la motivación.

Y para mejorar nadando, hace falta mucha constancia y chutes de motivación.


Hoy quiero hablarte de otro implemento muy utilizado desde hace décadas:

Las aletas.
Las hay de muchos tipos y marcas.

Aún recuerdo cuando trabajaba en Decathlon y, tras tres años, obtuve el cargo de Monitor País de Natación.


Mi labor era escribir un blog junto con otros dos monitores, e ir a Madrid cada mes para formar a los nuevos responsables de sección sobre los productos de natación.
Ocho horas seguidas de casquera, explicando cada producto a tienda abierta. Una auténtica locura… y muy mal pagada.

Pero esto me dio la oportunidad de conocer más a fondo el mundo de la natación. Además, pasé una semana en Francia con monitores de toda Europa, donde nos formaron sobre los nuevos productos que iban a salir.


Si te soy sincero, me molaría tener mi propia marca de productos de entrenamiento. Y por si no lo sabías, antes de estudiar Educación Física, estudié Diseño Industrial. No me acuerdo de nada, pero bueno…

En fin, en el mundo de las aletas hay mucha controversia y muchas creencias. Yo voy a dar mi punto de vista, y si te apaña, genial.


Si con las palas soy más reacio, con las aletas no tengo tanta manía. Eso sí, tampoco hay que abusar. Es muy bonito nadar con ellas, se desliza de puta madre, pero… ¿qué pasa cuando te las quitas?

Al usarlas, añades algo de resistencia al movimiento de las piernas, lo que puede mejorar la fuerza.


El problema viene cuando una mejora de fuerza te puede estar jodiendo la técnica.


Muchos nadadores, cuando se ponen aletas largas o medias, y no tienen suficiente fuerza, flexionan demasiado las rodillas y, sobre todo, la cadera.
Como bien sabemos, más de 20° de flexión de cadera no sería conveniente.

Si tienes dudas, mira a Katie Ledecky y fliparás en colores. No he visto unas piernas mejores en mi vida.

Por eso, el uso de aletas en este grupo de nadadores no sería recomendable.

Deberían evitarlas o, si las usan, elegir las más cortas.
Pero sobre todo, hacer sentadillas.

Luego tenemos la amplitud.


Cuando nadamos, lo más importante es minimizar el rozamiento con el agua, es decir, intentar pasar por dentro de un tubo lo más pequeño posible y evitar resistencias innecesarias.


Por eso, los pies deben estar completamente en flexión plantar (pies de bailarina) y ligeramente rotados hacia dentro.


De hecho, no sé si te ha pasado, pero a veces los dedos gordos de los pies se tocan por esta ligera rotación.


De esta forma, nos volvemos más hidrodinámicos.

¿Pero qué ocurre con la mayoría de las aletas?
Bueno, con casi todas.


Son simétricas. Y al usarlas, los cantos interiores sobresalen demasiado, se tocan entre sí y molestan.


Esto hace que nademos con las piernas más abiertas de lo normal.

Y como te he dicho, si algo me va a joder la técnica, mejor no usarlo. O usarlo bien poco.
Además, ya te he comentado más de una vez que es mejor terminar las sesiones con buen sabor de boca y con la mejor técnica posible. Así que no las uses al final de la sesión.

Si hay algún diseñador industrial en la sala, espero que no me robe la idea.


Pero está claro: las aletas deben ser asimétricas.


Tengo la imagen en mi cabeza, pero no la voy a plasmar aquí.
Top secret. Si quieres, vamos a medias.

Para las palas también tengo varias ideas.
Hay mucho que mejorar en el material de natación y no podemos seguir usando lo mismo de hace 40 años.

En un próximo capítulo te explicaré cómo programar entrenamientos con aletas.


Espero que hayas captado mi mensaje y, si tienes alguna idea brillante sobre material de entrenamiento de natación, podemos compartirlas.

Un saludo, tu entrenador, Haruki.

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