MGMT FUERON CONSTANTES

Tú también puedes serlo

Muy pero que muy buenos días por la mañana.

Hoy tengo preparada para ti una pedazo de newsletter. Aunque quede mal que yo lo diga, cuando las cosas salen bien, ¡hay que celebrarlo!

“Me gusta que los planes salgan bien” (Hannibal Smith)

La semana pasada te hablé del valor de la constancia y te puse el ejemplo de Óscar Figueroa. Si no la has leído, aquí tienes el enlace.

Esta vez vamos a hablar de un grupo de música llamado MGMT, fundado por Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser.

Quizá esto te importe un comino, pero puede que en tu cabeza esté sonando la canción Kids ahora mismo.

Andrew y Ben fundaron el grupo en 2003 mientras eran estudiantes universitarios.

La banda comenzó como un proyecto experimental, mezclando géneros como rock psicodélico, electrónica y pop alternativo.

Pero fue más adelante, en concreto allá por 2010-2012, cuando saltaron a la fama.

Ese temazo Kids, del que te he hablado antes, se convirtió en un éxito mundial.

Cada vez que escucho esta canción, me imagino con algunos de mis colegas —Jesús, Rafa, Amelia, Gil, Carmen…— saltando en cualquier festival de música o en la antigua La3 de Valencia.

¡Qué tiempos aquellos!

Seguro que volverán. Los buenos amigos y los momentos de diversión nunca hay que perderlos.

Sube el volumen y disfruta:

Las letras de este grupo suelen abordar temas como el escapismo, la juventud y la crítica al materialismo.

En especial, la letra de Kids habla sobre la infancia y el paso a la juventud, recordándonos la importancia de cuidar al niño que llevamos dentro.

Y de estas dos cosas te voy a hablar: la constancia y la infancia.

Si Óscar Figueroa tuvo que luchar durante 16 años —o lo que es lo mismo, 4 Olimpiadas— para ser Oro Olímpico, Andrew y Ben hicieron lo mismo para saltar a la fama. Comenzaron tocando en conciertos de mala muerte y con un equipo que dejaba mucho que desear.

¿Se rindieron?

Pues no.

Siguieron produciendo música en base a su identidad, y así fue como crearon su propio estilo, que los catapultó a la fama tras una década de duro trabajo.

Si te das cuenta, los grandes triunfadores nunca consiguen sus éxitos a la primera de cambio.

Lo que rápidamente se consigue, suele ser efímero.

Por lo tanto, cuando pienses en objetivos grandes, piensa a largo plazo, diseña el camino, disfruta soñando, pero convéncete de que hay que luchar y esforzarse al máximo cada día.

Una vez escuché que las grandes marcas de ropa, cosméticos, etc., tenían algo en común: todos sus fundadores, al tomar decisiones, pensaban que serían para toda la vida.

Pensaban lejos, porque aunque todo pueda cambiar, la esencia y el esfuerzo nunca deben desaparecer cuando realmente se quiere algo.

Y hablando de la infancia, en mi caso la recuerdo muy bien: momentos donde mi máxima preocupación era que mi madre estuviera cerca y que me dieran de comer cuando tenía hambre (es decir, siempre).

¿Cómo recuerdas la tuya?

Luego llegó la adolescencia, y ahí están mis mejores recuerdos. Pero después te haces mayor y...

Te conviertes en un adulto con un niño dentro. Ese niño que sigue soñando, que sigue queriendo divertirse con los demás.

El niño que llevamos dentro nos ayuda a pensar en grande y a disfrutar de la vida, muchas veces con una dulce ignorancia. Es así como, sin pensar en el “qué vendrá” ni en el “qué dirán”, cuando nos ponemos el mono de trabajo, las cosas fluyen y los resultados salen.

También escuché que los grandes futbolistas que triunfaron en equipos importantes tenían algo en común: eran ignorantes, o mejor dicho, inconscientes.

No sabían que estaban siendo observados por ojeadores en sus primeros pasos, ni por millones de aficionados más tarde. Les importaba bien poco. Solo pensaban en el balón y en divertirse en el campo.

Entonces, ¿por qué no ser un niño de vez en cuando?

Espero que te haya gustado tanto como a mí esta newsletter.

Cerramos con el temazo con el que empezamos:

Disfruta y… BAILA.

Atentamente, un niño de 38 años,
Haruki

Reply

or to participate.