VIEJOVENES CON VENAS

Me preguntan siempre

La semana pasada cumplí 38 años, tacos, palos, primaveras, o como quieras llamarlo. Pero, si nací en octubre, digo yo que tengo una primavera menos; por lo tanto, mejor decir otoños.

A: ¿Cómo te llamas?

Yo: Me llamo Shiraishi Haruki, un placer conocerte (en Japón hay que decir primero el apellido y luego el nombre).

A: ¿De dónde vienes?

Yo: Soy español, pero mi padre es japonés. Vine a Japón hace dos años.

A: ¿Cuántos años tienes?

Yo: ¿Cuántos crees que tengo? Ñas, la mejor respuesta a una pregunta es otra pregunta. La pelota en su tejado, se ponen nerviosos, empiezan a cortocircuitar.

A: ¿28? (Siempre me dicen la misma edad, menos algún desgraci___...)

Yo: Error, bastantes más…

Y así, hasta que llegan a los 38 y aciertan.

¿Por qué te cuento esto?

Muy fácil, en Japón, cuando conoces a alguien, además de tu nombre, esta persona quiere saber tu edad para situarse a nivel jerárquico y saber si te tienen que hablar con más o menos respeto. En Corea del Sur dicen que es más exagerado, pero aquí no se quedan atrás.

Por eso no me gusta contestar directamente con la edad que tengo; prefiero hacerles dudar en voz alta y darles a ellos la responsabilidad. Puede que piensen que soy un maleducado, pero simplemente ya me da igual.

Soy un "Gaijin" para ellos, lo tengo asumido.

*Ya os explicaré esto del Gaijin más adelante.

¿Por qué te cuento estas cosas?

Me gusta jugar un poco antes de darte información muy valiosa.

Tuve un aniversario especial. Bueno, siempre lo son; me gusta celebrar los años. Antes lo odiaba, ahora los disfruto. Vamos evolucionando.

A veces me pongo a pensar si soy viejo o joven, o si simplemente me tiene que dar igual. El 10% lo primero, el 90% lo segundo.

Los de Ojete Calor sacaron el término ‘Viejoven’ hace unos años, y la verdad que muy acertadamente. Pues fueron muchos los que se meten en este saco para intentar no ser ni una cosa ni otra.

¿Es vieja una silla? ¿O un coche? ¿O un televisor?

Puede que me respondas que depende de cuándo lo compres, ¿verdad?

Pero, ¿y si te digo que depende del uso que le des? Si no lo usas, siempre será viejo. Puede ser bonito, pero es viejo. Se llenará de polvo y se estropeará.

Entonces, con 39 años, ¿soy viejo?

Queda raro decir "si no me uso, sí que soy viejo". Pero bueno, me entiendes, ¿verdad?

Me uso, y me uso bastante. Me entreno, me cuido, y me siento más vivo y ágil que con 25. ¿Te pasa lo mismo?

¿Por qué me siento así?

Te voy a contar el secreto, coge papel y boli.

Hago entrenamiento de fuerza entre tres y cuatro días a la semana. Sin fliparme, sin hacer tonterías. Solo quiero ser más fuerte sin hacerme daño.

Lo combino con natación y, de vez en cuando, carrera a pie (como ya te comenté en esta newsletter, esto también son entrenamientos de fuerza aunque no lo parezca).

Además, no tengo coche ni moto. El motor son mis piernas. Más baratas y sin tener que pasar la ITV.

Eso quiere decir que voy al trabajo, al gym, al bar, al parque, o a tomar por saco... con bici o andando.

Es decir, llevo un estilo de vida activo. Hay días que hago 20 km en bici solo yendo a trabajar y a otros sitios que no te voy a contar.

¿Y la alimentación?

La disfruto. Me encanta la cocina japonesa, la española también, y la mexicana... la verdad es que me gustan todas... las comidas, no me seas mal pensado/a.

He aprendido a comer lo que necesito, ni más ni menos. Si son tres comidas, pues tres. Si no tengo hambre, será por algo, entonces no me fuerzo. Me suplemento con vitaminas y con buenos alimentos, cuesten lo que cuesten.

Es más caro estar en una habitación de hospital.

¿Qué te recomiendo?

Haz lo que te de la gana.

¿Quieres ser ‘viejoven’ con venas?

Entrena fuerza, combínalo con alguna actividad cardiovascular y come bien.

Mantén un estilo de vida activo y descansa lo que el cuerpo y la mente te pidan.

Con el paso del tiempo, empezarán a aparecer venas en tus brazos, hombros y piernas. Te sentirás ágil, fuerte y con más energía que de adolescente.

El sedentarismo es el causante de gran parte de las enfermedades de hoy en día. No hacer nada para evitarlo es joderte la vida.

Y muchas veces, estar fuerte ante una dura enfermedad es la diferencia entre vivir o morir.

Atentamente, un viejoven con algunas venas, Haruki

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